

Guillermo Tofoni, titular de la empresa Eleven, es uno de los principales impulsores de las SAD en el país junto al ex presidente Mauricio Macri, pero su piloto de prueba que era Estudiantes de La Plata no salió nada bien, ya que el empresario que acercó, Foster Gillet, finalmente asumió varios compromisos de pago con diferentes clubes por jugadores y jamás realizó un deposito.
“Tuvimos errores y lo reconozco, pero voy a seguir trayendo millonarios a la Argentina para que inviertan en el fútbol argentino. Además de Foster, ya vino la familia Más. Y van a venir más todavía. Un tropiezo no va a cambiar el futuro. Puede ser que se hayan cometido errores no forzados que quitaron credibilidad, pero vamos a seguir insistiendo porque el fútbol argentino necesita de las inversiones privadas”, explicó Tofoni.
Dejó en claro que el estadounidense "no se borró" del Pincha y que, de hecho, "hay una comunicación diaria". "Parte de la prensa mal informa. Estudiantes demoró la Asamblea. Al no haber Asamblea, Foster tenía cero obligación de invertir en Estudiantes. Sin embargo, Foster le dio activos a Estudiantes por 20 millones de dólares. Fue un gesto de buena voluntad, para poder entrar en el mercado y decir 'vamos en serio'", explicó.
Respecto al préstamo de 10 millones, detalló que "Foster se manda todo el dinero del fútbol a Inglaterra. Eso le está llevando más tiempo de lo normal, por eso está demorando. Ni bien se destraben los fondos que tiene, va a seguir invirtiendo en la industria".
Por otra parte, hay dos jugadores que quedaron en medio de todos estos desplantes: Rodrigo Villagra y Valentín Gómez. Al respecto del primero, dijo: "Foster no debe nada porque no se firmó absolutamente nada, por ende ni Foster firmó con el jugador, ni Foster firmó con River Plate. No se cometió ningún tipo de desprolijidad. La gente que tiene Foster en Argentina trató el asunto, hablaron con el representante, se mandaron alguna que otra idea, pero no se firmó. Nunca hubo un acuerdo firmado".
En el caso de Gómez, explicó: "es diferente, porque ahí sí hubo un contrato, sí se firmó ante escribanía". Sobre esto, ahondó: "Foster presentó para esa operación, vamos a poner, 10 millones y avales por 50 millones de dólares, que finalmente Vélez no las aceptó. Está en todo su derecho de no aceptarlo, porque en definitiva eran avales, garantías bancarias, certificación de fondos, y Vélez prefirió la transferencia".
"Como la transferencia no llegó ni en tiempo ni en forma, Vélez prefirió no hacer la venta, por lo cual tampoco Foster está debiendo a Vélez, porque Vélez no aceptó las garantías que le ofreció Foster", finalizó