

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, no disimula su respeto y admiración por su par de Estados Unidos, Donald Trump. Es que ambos comparten temas claves de su agenda, como la migración, la seguridad y las inversiones, incluso desde su primer encuentro en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019.
En el marco del segundo mandato presidencial de ambos, demostraron que buscan la mano dura contra la inseguridad, además del rechazo por la cultura woke, que tiene causas como el feminismo, la diversidad de género y el aborto, entre otras cuestiones.
Se dio la reunión entre ambos mandatarios en la Casa Blanca, que se suma al encuentro de Bukele con Elon Musk el pasado septiembre en Texas. En aquella oportunidad, coincidieron en que el salvadoreño iba a tener un papel importante en el nuevo gobierno de Trump, incluso fue mencionado como "un líder increíble".
Tras la visita de Marco Rubio, secretario de Estado de EEUU, se dio un acuerdo migratorio "sin precedentes". El acuerdo entre ambos países señalaba el envío a El Salvador de migrantes indocumentados de cualquier nacionalidad que hayan realizado delitos en territorio estadounidense. Claro que el trato también incluye el pago de seis millones de dólares por parte de Estados Unidos.
La mano dura empareja a Bukele con Trump, uno contra las pandillas de su país y otro contra los migrantes ilegales. En este contexto, Estados Unidos deportó al país centroamericano a 238 presos que están acusados de ser miembros de la organización venezolana Tren de Aragua, además de otros 17 apuntados por ser "violentos criminales".
"La alianza entre el presidente Trump y el presidente Bukele se ha convertido en un ejemplo para la seguridad y prosperidad de nuestro hemisferio", indicó también Rubio después de enviar otras diez personas que están acusadas por formar parte de "organizaciones terroristas" MS-13 y Tren de Aragua.