

El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, anunció la construcción de un nuevo asentamiento en la zona E1 de Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967. El proyecto contempla la edificación de aproximadamente 3.500 viviendas que expandirán el asentamiento de Maale Adumim, con el objetivo explícito de “frustrar la creación de un Estado palestino”, según declaraciones del propio funcionario.
La iniciativa, que lleva más de dos décadas en estudio, había sido congelada por la presión de gobiernos estadounidenses anteriores. Sin embargo, Smotrich elogió públicamente al expresidente Donald Trump y al embajador Mike Huckabee por su apoyo a Israel, y aseguró que esta nueva etapa representa “un mensaje sionista estruendoso” que reafirma la soberanía israelí sobre Jerusalén.
El plan incluye también la construcción de una carretera que separaría el tránsito palestino del israelí, conectando Belén con Ramala sin atravesar Jerusalén. Esta infraestructura aislaría aún más Jerusalén Este del resto de Cisjordania, lo que, según organizaciones como Peace Now, “garantiza muchos más años de derramamiento de sangre” y “sepulta cualquier posibilidad de una solución pacífica de dos Estados”.
La medida fue duramente criticada por la Autoridad Palestina y por diversos países que planean reconocer formalmente al Estado palestino en la próxima Asamblea General de la ONU. El portavoz presidencial palestino, Nabil Abu Rudeineh, calificó el proyecto como parte de una “guerra genocida” y una “escalada de violencia de los colonos”, además de recordar que la construcción de asentamientos es ilegal según el derecho internacional.