

Mucho antes de la aparición del primer audio vinculado al extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, y el espiral de denuncias sobre presunta corrupción dentro del gobierno libertario, el expresidente Mauricio Macri ya había tomado una decisión: correrse de la campaña, priorizar su agenda personal en el exterior y “acompañar” al oficialismo libertario al que se asoció en Buenos Aires, y otras 10 provincias, de cara al 7S y las elecciones legislativas.
Por lo menos hasta el momento, ni el avance de la investigación judicial, ni los hechos de violencia contra la comitiva presidencial en Lomas de Zamora y en Junín, modificaron esta postura. Es más, la semana pasada, mientras el Presidente era atacado con piedras, Macri estaba en Dinamarca para disputar el Mundial de Bridge. Quedó eliminado en primera ronda.
El expresidente no habla con Javier Milei desde hace tiempo, según confirmaron en su entorno a Infobae. En el terreno de lo público, rompió su silencio para felicitar al gobernador electo de Corrientes, Juan Pablo Valdés, donde el PRO integró el frente que compitió, y derrotó de manera contundente, al candidato de LLA, Lisandro Almirón. A su vez, ordenó que dejen su cargo partidario dirigentes como Damián Arabia y Pablo Walter, ambos referenciados en la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afiliada hace poco a La Libertad Avanza.