

La llegada de Maxi López a MasterChef Celebrity (Telefe) generó, desde el primer momento, una expectativa que trasciende el plano gastronómico. El exfutbolista, que atraviesa una nueva etapa personal junto a Daniela Christiansson, con quien espera su segundo hijo, se sumó al reality culinario más exitoso de la televisión argentina bajo la conducción de Wanda Nara, su exesposa y madre de sus tres hijos varones. Una combinación explosiva que, inevitablemente, mezcla el sabor del entretenimiento con los condimentos del pasado.
La empresaria no esquivó el tema y, fiel a su estilo, lo abordó con una mezcla de ironía y espontaneidad. En una reciente entrevista previa al inicio de la temporada, la conductora bromeó con la casa que le quedó de su matrimonio junto a él y el régimen de visitas que obtuvo de sus hijos.
“Maxi está estudiando hasta altas horas de la noche”, agregó la animadora, dejando entrever que el exdelantero se tomó muy en serio el desafío. No se trata solo de cocinar bien o de rendir frente a un jurado exigente —integrado por Donato De Santis, Damián Betular y Germán Martitegui—, sino de atravesar el certamen con una motivación extra.
La mansión de Santa Bárbara, propiedad que Wanda Nara se quedó luego de su divorcio con Maxi López
Cuando Wanda habla de “la casa”, no se refiere a cualquier propiedad. Se trata de la mansión ubicada en el exclusivo barrio Santa Bárbara, en la zona norte del Gran Buenos Aires, que durante años fue motivo de disputa judicial entre ella y el actual director técnico. Situada en Los Troncos del Talar, cerca de Nordelta, la propiedad es un símbolo de la vida familiar que ambos compartieron antes de separarse en 2013.
Con un terreno de 1800 metros cuadrados y 800 metros cubiertos distribuidos en tres plantas, la vivienda fue escenario de momentos felices y de fuertes tensiones tras la ruptura. Durante años, la casa permaneció inmovilizada por cuestiones legales, lo que impedía venderla o remodelarla. Finalmente, a fines de 2023 Wanda se quedó definitivamente con la propiedad, según confirmó su abogada, Ana Rosenfeld, marcando el cierre de un largo litigio.
Cuando le preguntaron qué pasaría si Maxi no ganaba el certamen, Wanda no perdió el ritmo ni la sonrisa: “Si pierde, no sé qué le puedo sacar. Los chicos ya los tengo, la casa también, no le puedo sacar nada más”. La respuesta, que en otro contexto podría sonar filosa, se transformó en un gesto de naturalidad y humor. En apenas unas palabras, resumió una historia que supo tener tensiones públicas y la reconvirtió en anécdota.
El reencuentro mediático entre Wanda y Maxi no deja de despertar interés. No se trata solo de dos ex que comparten un programa: hay un pasado cargado de titulares, juicios y reconciliaciones familiares. Sin embargo, en los últimos años ambos demostraron que lograron encontrar un equilibrio, sobre todo por el bienestar de sus tres hijos —Valentino, Constantino y Benedicto—, que alternan su tiempo entre las residencias de sus padres.